domingo, enero 22, 2012

Luz


No sé bien qué sentido pueda tener esto de ir deshojando los días, ni por qué a la vuelta de un periplo orbital uno tenga que acordarse de las cosas que se hiceron hace justo un año. Me da sospecha aquí adentro, porque pareciera un poco de miedo a que esto que ocurre se muera de pronto. ¡Y el mejor remedio para que las cosas no se mueran es matarlas antes de que nazcan! Por eso se celebran cumpleaños y años nuevos y también aniversarios. Para asegurarse de que lo que está pasando ahora también es historia.

Pero lo que está pasando aquí no lo es, querida. No es historia. Y es por eso que ya me cuesta imaginar mi sueño sin tu abrazo, las horas sin tus palabras, al propio tiempo me cuesta entenderlo cuando estoy contigo. Por eso no estoy aquí por celebrar aniversarios ni nada por el estilo. Acaso aprovechar esto de las fechas para recordar que es acaso sólo el amor lo que nos salva del tiempo. No he encontrado mejor aliado que tú, mi amor, para siempre planear zafarranchos contra la Realidad. Es la gloria perderme en ti. Es cómo si de pronto pareciera que la guera se detuviera. Que por un momento acá en la tierra se abriera la posibilidad para que los dioses se manifestaran y aniquilen el tiempo.

Y es que entre mis manos ya te vuelves una masa de misterio. No hay sueño en el que no me pierda, no hay palabra que no la saborée y todo a tu lado simplemente se vuelve ese paraíso dónde no hay tiempo ni aniversarios ni nada por el estilo. Así todos se diluye para no perderse. Y la herida en vez de cerrarse se abre y siente, con cada gota, que estamos acá intentando sabotear la Realidad, cómo podemos, como nos demos a entender. De la mano. Eres mi Luz.

No estoy sentado aquí entre floridos sauces
ni tú frente a mí de caminando descalza
entre las corrientes del río y peñascales
blancos que bordean el lecho del agua.

No estás ni aquí ni allá, y tú bien lo sabes
ni yo aquí entre letras, ni carnes, ni versos,
ni en sueño, ni imagen, ni cuerpo, ni realidades,
ni flotando en mundo extraviado ni sitio ninguno.

Sino revueltos, perdidos entraguas del río que nace
allá en la honda y segura oscuridad de tierra,
en lo alto de la nube y de la lluvia que cae
mezclada con garzas y sapos y pechiamarillos.

Somos este río que va bajando sin cause,
el cuarzo de la piedra, las trenzadas raíces,
la urraca que juega, el ventanuco de cárcel
que ofrece al que está el índigo cielo sin fin.

Somos puños preñados de caricias amantes,
nutrientes laboriosos secretos de la humedad,
argentina luna borracha entre brujas danzantes,
somos, amor, lo que se cae, lo que no está.

Currucas silvestres, martínes pescadores brillantes,
tres mil recios abedules volcados al éter,
la paz de desiertas ciudades primaverales,
estamos en lo que no se sostiene, lo que no es.

Tu cuerpo tocado de finas aristas llameantes
que juegan en límites con geometría imposible
y con tus bellos ojos amables y tu sonrisa salvaje
mandas al olvido todo lo que pensaba que era.

Y es este alegre beso infinito el que lo hace
sentir, pensar que el tiempo se queda
aquí y que de aquí nunca se vaya, nunca pase
esto que pasa y se queda ni estando ni siendo.

Porque ni yo estoy aquí entre floridos sauces,
ni tú estás ahí frente a mí en dónde el río nace.


(Él es Chicho)

2 comentarios:

>>>> dijo...

Salut, Alejandro! Desde Barcelona. Se me recordó este soneto de una buena amiga y te lo mando, agradecido por tus palabras!

No quiero ya saber lo que me aqueja;
a ti te quiero, amor que no se sabe,
sin paradero y sin sentencia grave
por si labios en flor, cara sin reja.

Si el agravio mayor que no me deja
sentir tu mano sabia es esta nave,
húndase en el recuerdo de una suave
playa donde tu boca se refleja.

No puedo ser un nombre que te sueña:
a ti no se te entierra en una nube
de oro, nunca libre, por más alta,

de todo el mal que contra ti se empeña
en mentirme con nombres que te tuve.
Y no: pero aquí tiembla lo que falta.

Roberto

Alejandro Vázquez Ortiz dijo...

Gracias por el soneto que nos dejas, Bobys. Andamos acá desde los Méxicos que damos vueltas y no paramos. Y encima esta año tocan elecciones. Trabajos obligados y trabajos por gusto, apenas tengo tiempo de andarme por acá actualizando esto de los blós. Pero se hace lo que se puede. El soneto está muy bueno. Algún día habrá que volver a esos temas de los amores ideales, que son la muerte misma.

Salud hasta Barcelona.