sábado, agosto 22, 2009

Notas al margen: La inteligencia de los detergentes

Desde que los niños están en la cuna ya se nos empieza hablar de medir las inteligencias. Pasando por las aulas infernales de los colegios e institutos, aprenden, la lección y la asignación de un número a las inteligencias de cada cual.

Ya cuando a uno le dicen, que esto de la inteligencia es de más y de menos, de unos privilegiados y otros malditos y atontados, quizá pueda que empiece a sospechar que eso tiene que ser mentira –tan mentira como las gracias de Dios o las estupideces de los genetistas-... Pero cuando se atreven, los muy sin vergüenzas, a decir que un detergente o un lavavajillas puede ser ‘inteligente’, entonces ya uno no puede sino dejar de creer que esto de la inteligencia, tal y como nos las cuentan los poderes y los medios, sea cosa buena y útil para tener.

¿Cómo puede ser un detergente inteligente? ¡Ah, ya lo veo! Selecciona las manchas que tiene que eliminar, mientras deja y vivifica los colores oficiales de nuestra ropa… ¡sin duda que es digno de ver! Entre el tumulto y balumba del girar de las lavadoras, nuestro detergente se detiene y reflexiona: ¿Será esto una mancha o será la coloración verdadera de la ropa?

Si esto fuera un chiste, seguro muchos de nosotros nos reiríamos… y sin embargo… ¿no se escuchan estas estupideces a diario por la televisión…? ¡Y funcionan! ¡Computadoras, bombas, lavavajillas, controles remotos, todo puede ser, para nuestros publicitas, inteligente!

Da rabia y tristeza, que la Realidad confunda a todos y todas y nos quedemos tan anchos y a gusto escuchando tanta porquería… Pero ¿y qué es inteligencia? Eso se lo dejo al dueño de este blog, que a él le sabe mejor masturbarse mucho el seso con semejantes preguntas.

6 comentarios:

Alejandro Vázquez Ortiz dijo...

Ah, canalla... no me pases a mí pelotas que no me corresponden. Qué sea intelgencia no es algo que ahora nos ocupe... aunque quizá más adelante...

Por cierto, ya sospechaba yo que eso de hacer Sudokus y jugar al ajedrez no podía ser inteligencia...

Cómo decía el buen Heráclito... (cito de memoria, así que si no soy fiel a nuestra canonica traducción calviana, usted perdone): "Nunca nadie llegó a tanto como a saber que lo inteligente está separado de todas las cosas." Ante todo de los pasatiempos...

Salud, amigo Hidecanto y ánimo, que nuestra madre nunca nos parió del todo bien.

Daniel H. Kanó dijo...

Don Alejandro:

tú que te precias de citar a los presocráticos hasta para pedir la hora, ¿podrías ser tan amable de explicar al común de los mortales lo que quieres decir con eso?

En tú afán de claridad -del que siempre insistes-, parece que al primero que tienes que ser claro es a ti mismo, porque no te entiendo.

D.H.K.

Alejandro Vázquez Ortiz dijo...

Mi estimado Hidecanto, el buen efesio se refiere a que uno, en tanto sea uno, no puede ser inteligente, sino que el buen tino en el razonamiento le vendrá de otra cosa que no puede ser él mismo.

En cuanto a la claridad tienes razón. No sé porque me da la sensación de que entre más quiero hablar claro, más me siento que balbuceo entre sueños.

Salud!

Daniel H. Kanó dijo...

Eres un capullo. Que sepa todo el mundo que riges a tus dos únicos colaboradores con puño de hierro.

Apestoso.

Alejandro Vázquez Ortiz dijo...

Bueno, Daniel, ni siquiera voy a preguntarte a cuento de qué viene esto... que bien sé jamás haz necesitado razones para insultar y cagarte encima de cualquiera -lo sé más que bien. Pero, bueno, por algo colaboras en esta guerra contra la Realidad. Por eso me caes muy bien, viejo cascarrabias, hijo de la gran putisima madre que te parió.

¿Me haz echo caso y te haz mirado ese problema de los dientes, so mamón?

Mira que ir por la calle chimuelo... eres un desgraciado y por eso te quiero a mi lado y siempre te querré...

¡Salud, amigo, que nunca tus aviones te fotografíen por entre las nubes!

(Si escribieras más, ya sabes que lo publicaríamos aquí, ¿verdad?)

Daniel H. Kanó dijo...

Sí lo sé. Y tú sabes que si escribieras menos el resto del mundo la agradecería, ¿verdad?

K.