domingo, octubre 25, 2009

Notas al margen: No hay Dios

O lo que es lo mismo, no hay Bosón de Higgs. Ahorrémosle la molestia a nuestros físicos ginebrinos, repitamos: No hay Dios, y sintamos vibrar la alegría.

Si hay algo que llama la atención de este experimento eso es, sin duda, el ya descaro abierto con la que Ciencia quiere confundir a sus creyentes: se habla de Dios, se habla de encontrar la partícula que da su ser al resto de las cosas que son. El cúmulo primigenio de la Realidad, primer motor aristotélico, causa incausada aquinatense,…

Toda esta balumba, a pesar de que invita a la risa feroz, es algo bastante cruento y horripilante cuando se recuerda para lo que sirve. Esta máquina –cómo ya se dijo en su día en otras intervenciones de este ínclito blog- sólo sirve para eso, para sustentar durante un poco más la fe. Es evidente que los crédulos se quedarán como en Garabandal o en Les Coves de Vinromá, esperando el milagro mariano… y lo más terrible de todo es que seguramente los tullidos, los enfermos, rebosantes de fe –de la misma manera que lo hicieron en Castellón- se arrojen a las aguas fecales para suplir el milagro que no llega y saldrán empapados de mierda con la ilusión más renovada que nunca.

Lo peor es eso… que aunque la simplicidad del razonamiento dice: No hay Dios, lo que menos le importa a la fe es que los milagros lleguen o que los plazos se cumplan. Al fin y al cabo el verdadero cometido es la espera, la expectación, el relleno del tiempo vacío y del aburrimiento y sufrimiento de la Realidad: para eso y sólo eso sirven los milagros… y los experimentos de física.

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